Ya sé que estás leyendo esto porque quieres escuchar las razones para terminar de convencerte que la cosmética natural es tu mejor opción y prometo que te las diré, pero paso a paso. Así que comenzaré por definir a qué se le llama cosmética natural.

Cosmética natural: ¿Qué es? 

La cosmética natural es la que no lleva dentro de sus ingredientes componentes químicos ni sintéticos (que dañan a tu piel), sino que por el contrario está compuesta de principios activos que proceden en su mayoría de la agricultura ecológica u orgánica, como son los aceites, mantecas y extractos vegetales o de activos sintetizados en laboratorio pero de origen natural como la coenzima q10, el bakuchiol y los ácidos hialurónicos, entre otros.

Estos componentes refuerzan nuestra barrera lipídica y su sistema inmune lo cual hace a la cosmética natural compatible con todo tipo de piel. 

En el caso de alergias a ciertos componentes (lo cual puede ocurrir, como por ejemplo, al gluten) y si estás interesada en recibir los beneficios de comenzar a usar cosmética natural te invito a que resuelvas este formulario y recibirás de mi parte una asesoría donde te propondré una sustitución de ingredientes afines a tu piel.

Ahora bien, esto de la cosmética natural ¿se puede decir que es una moda? ¡Ni de lejos! ¿Quieres que te cuente un poquito de su historia?      

Origen de la cosmética natural. 

La cosmética natural no es una moda como pudieran pensar muchos, de hecho sus orígenes vienen de muchísimos años atrás. 

Ya desde los egipcios utilizaban la cosmética natural para embellecerse para sus dioses, estamos hablando de 3500 AC. 

Por otra parte, en el papiro médico de Ebers se encontraron remedios para tratar, entre varias afecciones médicas, problemas de la piel. Estas recetas estaban compuestas en su mayor parte por ingredientes naturales como el azafrán, mirra, áloes, hojas de ricino, entre otros. 

Los egipcios no fueron los únicos, sino también los griegos y los romanos contaban con rutinas para el cuidado de su belleza para las cuales utilizaban la cera de abeja, aceite de oliva, agua de rosas y la lanolina.   

Entonces ¿Qué fue lo que sucedió con la cosmética natural?

Pues como ha ocurrido con muchas otras cuestiones, llegó la industrialización y con ello la inclusión de sustancias químicas (como los parabenos, sulfatos, siliconas, entre otros), las cuales como bien sabemos resultan a largo plazo muy dañinas para nuestro organismo.

No es sino hasta hace unos años que hemos comenzado a crear consciencia de que volver a lo natural, a lo que la madre tierra nos proporciona es nuestra mejor opción ¡y me incluyo! De hecho, así fue como nació Dímelo Natural.

Ahora que ya sabes que esto no va de puro marketing estás lista para conocer los beneficios de la cosmética natural.  

Cosmética natural Vs. Cosmética convencional.

Y, por qué no, lo haré con una tabla comparativa. 

Te doy ahora sí 3 razones de peso para cambiar de la cosmética industrial a la cosmética natural: 

¿Qué dices? Seguro que te parecen ya razones suficientes para dar el paso y comenzar a usar la cosmética natural para el cuidado de tu piel. Y, para ayudarte a dar el paso más pronto que tarde tengo algo para ti. 

¿Qué piensas ahora? Seguro que te parecen ya razones suficientes para dar el paso y comenzar a usar la cosmética natural para el cuidado de tu piel. Y, para ayudarte a dar el paso más pronto que tarde tengo algo para ti. 

Dímelo Natural: mi marca de cosmética natural y artesanal. 

Dímelo Natural es mi marca de cosmética natural elaborada de manera artesanal y nace de la motivación de compartir con más gente los buenos resultados que hemos tenido mi familia y yo al utilizarla.

Si quieres saber cómo comenzó todo te invito a que des clic aquí.

Ahora bien, si no puedes esperar más para comenzar a disfrutar de los beneficios que la cosmética natural te ofrece, te propongo probar  mis productos artesanales.

Por el momento me despido. Poco a poco iré compartiendo conocimiento, recetas y consejos relacionados con la cosmética natural, así que te recomiendo que visites mi blog regularmente. 

Con cariño, 

Diana.